Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


58
Legislatura: 1854-1856 (Cortes Constituyentes de 1854 a 1856)
Sesión: 5 de noviembre de 1855
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: nº 236, 7.889 a 7.893
Tema: Continúa la discusión del dictamen sobre el proyecto de ley del Ferrocarril del Norte

El Sr. SAGASTA: Tengo un gran sentimiento, señores Diputados, en rectificar, y mucho más, cuando tengo que deshacer una equivocación que ha padecido el Sr. Luxán, porque según las palabras y explicaciones que acaba de dar S.S., resulta naturalmente que yo provoqué a S.S.; y no fue enteramente así, sino que S.S., se creyó provocado. La Comisión se estaba defendiendo de una acusación que se la dirigía, que era la de ser impaciente. ¿Y por qué, señores? Porque imponía un deber al Gobierno que ya debía tener cumplido. Y al rechazar yo esa acusación de impaciencia, al querer demostrar que era necesario hacer lo que se proponía, dije yo que ese deber que se imponía al Gobierno estaba justificado aun cuando no fuese mas que por la conducta de los Gobiernos anteriores respecto a este ferrocarril. No recuerdo si empleé la palabra todas; pero dije Administraciones pasadas, y decía yo o preguntaba a las Cortes: qué ¿se extraña que las Cortes impongan esta obligación a la Administración actual para que pronto resuelva esta cuestión, cuando hace diez años que se viene tratando y que las Administraciones pasadas no la han resuelto? Y añadía que en esto no habían hecho todo lo que debían y podían hacer, y que por eso procedíamos con cordura en imponer ese precepto.

Entonces oí pedir la palabra al Sr. Luxán, y al verle me apresuré a añadir, sabiendo que había resuelto no tomar la palabra, porque así lo había dicho, que no había aludido a S.S. al hablar de las Administraciones pasadas, pues sabía las circunstancias en que se había hallado la de S.S., y que no eran las más a propósito para ocuparse de los ferrocarriles; y añadí también que con esto creía quedaría satisfecho S.S., y no haría uso de la palabra que había pedido. ¿Era esto provocar a S.S.? ¿No había procurado satisfacer a S.S. completamente? Y además creía que S.S., en el caso de no darse por satisfecho con esta explicación mía, pediría la palabra para una alusión personal y provocaría una explicación más completa. ¿Pero se hizo esto así? No, señores; S.S. tomó parte en la discusión y combatió el proyecto, entrando en el fondo de la línea del Norte, que era lo que sin duda deseaba, tomando ese pretexto.

Pero dice S.S.: claro es que el Sr. Sagasta en el fondo tenía el pensamiento de atacarme, cuando después lo hizo en su discurso. (El Sr. Luxán: Si se me permite, diré dos palabras.) Hágalo V.S.

El Sr. LUXÁN: Tengo que faltar a mi propósito, pero no puedo evitarlo. Dije:" y prueba que S.S. tenía el pensamiento de atacarme, cuando dijo que todas las Administraciones pasadas habían faltado al cumplimiento de su deber en esta materia;" y prueba de que estaba convencido de que yo falté y lo decía de corazón, cuando no me exceptuó.

El Sr. SAGASTA: Esto es verdad, y yo estaba con [7.889] vencido de que S.S. no había hecho todo lo que convenía y debía en este punto, y así lo manifesté, diciendo que no atacaba a un Ministro muerto, sino vivo, y que no lo estando, no había para qué, no tenía resultado. Por lo demás, conste que la cuestión no la he provocado yo.

El Sr. LUXÁN: No he sido yo quien la provocó, sino S.S.

El Sr. SAGASTA: Señores, entro hasta con sentimiento en esta cuestión, porque, francamente; no creí que daría lugar a debate la designación de Medina del Campo. Creí que en esto no podían ver prejuzgado nada los Diputados por Segovia ni los de Ávila y que en este concepto no habría cuestión posible. Y lo creí por haber oído a unos y a otros expresarse en la inteligencia de que el trazado de Segovia, lo mismo que el de Ávila, iría por Medina del Campo; de manera que la designación de este punto era igual para Ávila que para Segovia. (Los Sres. Avecilla y Gaminde piden la palabra.) Pero además de esta creencia que me hicieron concebir los Sres. Diputados por Segovia, la tenía yo por los estudios que se han hecho por el Guadarrama; porque antes de continuar debo hacer saber a las Cortes que no hay ningún trazado por Segovia: aquí no hay más trazado que por Guadarrama.

El Gobierno ha mandado un ingeniero para estudiar el ferrocarril por Guadarrama, y no lo ha llevado más que por Arévalo y Medina del Campo. En este terreno no comprendo como pueden ponerse reparos a que el ferrocarril vaya por Medina del Campo; por Medina del Campo, cuya importancia todos conocen, y que no debe considerarse como una población aislada, sino que es, digámoslo así, el resumen, el centro a donde van a parar tres o cuatro provincias. En este concepto, las provincias de Salamanca, Ávila y Valladolid reclamaban el trazado por Medina del Campo; esta era una exigencia de las provincias castellanas. Pero además de esto, lo mismo el trazado que se ha hecho por Ávila que el de Guadarrama, pasa por Medina del Campo; luego este es punto cuya designación no perjudica a nadie.

Mas dejando a un lado esto, que parece no es del agrado de los Sres. Diputados por Segovia, la cuestión ha tomado grandes proporciones y se ha elevado a una altura que, francamente, no esperaba. La cuestión ya [7.890] no es de Medina del Campo; la cuestión está entre Ávila y Segovia. En esta cuestión se me ha dirigido varias alusiones, y yo me veo en la necesidad de entrar, siquiera brevemente, en ella. Pero antes debo hacerme cargo de una observación del Sr. Pastor.

El Sr. Pastor decía: ¿sabéis, Sres. Diputados, en qué consiste la competencia entre Ávila y Segovia? Pues consiste en una fábrica de loza. Una fábrica de loza, según el Sr. Pastor, ha sido la que ha dirimido la cuestión en la competencia de Ávila y Segovia; y según S.S., todo lo que se ha hecho respecto al trazado de Ávila prefiriéndole al de Segovia, ha sido con relación a esa fábrica de loza....

El Sr. PASTOR: Si el Sr. Sagasta me permite....

El Sr. SAGASTA: Diga el Sr. Pastor lo que guste.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Portilla): Señor Sagasta, no puede V. S. dirigirse a ningún Diputado en particular.

El Sr. SAGASTA: Yo contaba con el permiso del Sr. Presidente; porque si el Sr. Pastor rectifica esta idea, me excusará algunas palabras.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Portilla): El Sr. Pastor tiene la palabra.

(Habla el Sr. Pastor)

El Sr. SAGASTA: Yo rechazo ante todo lo que dice el Sr. Pastor. No ha habido Ministro alguno, absolutamente ninguno, y menos ese Ministro a que ha aludido S.S., que haya resuelto la dirección del trazado por Ávila, porque esté allí colocada o no una fábrica de loza. (El Sr. Coello pidió la palabra en contra.)

Señores, un ingeniero descubrió en 1849 la dirección más fácil que podía darse a ese camino al través de esa cordillera, que es el puerto de las Pilas, haciendo reconocimientos para ver cuál sería el mejor trayecto y a fin de salvar aquella cordillera. Hasta entonces este piso no estaba descubierto en ningún trazado, y el primer proyecto lo hizo un ingeniero inglés sin conocer este paso y atravesando la cordillera, lo que hizo por Guadarrama y no por Ávila ni Segovia, para lo cual proponía en su proyecto nueve túneles y otras obras de mucha consideración. Pero una vez descubierta esta dirección por el ingeniero Almazán, otro ingeniero del Gobierno se aprovechó de ese descubrimiento e hizo el estudio sin necesidad de saber si había tal fábrica de loza, Sr. Pastor, como no ha tenido necesidad de saberlo después ninguno de los que han trabajado en esa línea.

Pero aun cuando la fábrica de loza hubiera influido en el primer estudio para fijar ese trazado. ¿Hubiera continuado ejerciendo esa influencia para que todos los ingenieros hayan preferido el puerto de Pilas a los de Guadarrama y Navacerrada? Estos son cuentos que vienen bien para hacer efecto, pero que de ninguna manera deben emplearse como argumentos lógicos ante los Diputados de la Nación.

Se ha hablado de Medina del Campo, no porque tenga o deje de tener importancia, sino porque ella, se dice, prejuzga la cuestión de Segovia. Ya dije el otro día que no la prejuzga; pero que aun cuando la prejuzgara, no merecía Medina del Campo esa oposición, porque tiene realmente más importancia que Ávila y Segovia para el ferrocarril del Norte; que Medina del Campo tiene mayor importancia que Ávila y Segovia como punto de paso por ese ferrocarril; que es el punto más importante de Madrid a Valladolid, y que en ese trayecto no hay otro más notable. ¿Por qué no fijarle en el trozo de aquí a Valladolid? Decían los señores que impugnan este artículo que la Comisión no tiene derecho para fijar ese punto. Están SS. SS. muy equivocados. Bajo el punto de vista administrativo corresponde esto al Gobierno, y a las Cortes con el Gobierno el fijar los puntos que crean importantes en el trayecto de un ferrocarril. Y si decís que el fijar hoy el punto de Medina del Campo prejuzga la cuestión, ¿por qué no habéis dicho lo mismo con respecto a otro trayecto del camino? Según esa teoría, no deberíamos fijar ni este ni otro punto; pero, puesto que la cuestión la han colocado en este terreno, en el de la conveniencia, es necesario que yo también la trate en él.

El Sr. Avecilla y los demás Sres. Diputados que impugnan este artículo decían al creer resuelta la cuestión en favor de Ávila, que no teníamos derecho para ello cuando la ciencia todavía no había resuelto nada, estando actualmente ocupándose en ello. Yo puedo decir a SS. SS. que la ciencia ha resuelto la cuestión terminantemente, y que ninguna cuestión de ferrocarriles, ni en España ni fuera de España, ha sido mas detenidamente estudiada que la relativa a la elección entre las dos líneas de Segovia o de Ávila, y la ciencia ha resuelto terminantemente la cuestión en favor de Ávila. La Comisión no quiso de ninguna manera tocar este punto, porque no existiendo el completo de los estudios para empezar la construcción de ese ferrocarril según exige la ley general de ferrocarriles, creyó conveniente dejar esta cuestión para cuando esos estudios vinieran. Pero una vez que esa cuestión se ha presentado, la Comisión dirá su parecer, contradiciendo lo que el Sr. Avecilla ha dicho. Ya he manifestado que la ciencia había resuelto la cuestión de un modo explícito y terminante opinando que el camino de Madrid a Valladolid pase por Ávila, y voy a demostrarlo.

En 1.846 un ingeniero inglés, Mister Ross, hizo un ligero estudio de esta línea, y sin que pasase por Ávila ni por Segovia resultaba necesitar nueve túneles y un plano inclinado.

En 1.849 el ingeniero Almazán indicó el paso de la línea por el puerto de las Pilas, y el ingeniero Perea por orden del Gobierno formó un anteproyecto, según el cual se necesitaba un túnel menos que lo que había dicho el ingeniero inglés. Entonces, por petición de Segovia, se mandó que el mismo ingeniero se ocupara de hacer este trazado por Guadarrama, haciendo además un estudio comparativo de los dos trazados, uno por el puerto de Guadarrama y otro por el puerto de las Pilas.

Después se nombró, a petición también de los segovianos, una Comisión de tres ingenieros que reconociesen y examinasen lo que arrojaban los proyectos antes citados y que estudiasen el paso del Guadarrama. ¿Y sabe el Sr. Avecilla lo que esta Comisión dijo? Que el paso del Guadarrama era posible por medio de un túnel; pero no dijo nada respecto a si podía ir un túnel a Segovia, ni tampoco comparó el trazado de Segovia con el de Ávila.

Hasta ahora, pues, no tenemos resultado de la ciencia [7.891] en favor de Segovia, como lo hay en favor de Ávila. A consecuencia de este informe se nombró otra Comisión de cinco ingenieros para que dijese, no ya si era posible ir por Guadarrama o por Ávila, sino para que eligiese el mejor de los dos trazados, y ésta fue la primera Comisión qua estudió formal, científica y detenidamente el proyecto, estudio que hizo, no sólo en vista, de los dos proyectos citados antes, sino teniendo también a la vista otros. Pues bien; después de largos y meditados trabajos, esta Comisión decidió la competencia en favor de Ávila, desechando completamente los demás trazados. Pero no es esto solo, sino que hasta la Junta consultiva, a quien el Sr. Avecilla ha aludido o citado en favor suyo, decidió facultativamente también que el trazado más conveniente era el de Ávila.

He aquí, pues, cómo todos los ingenieros han opinado siempre en favor de Ávila, inclusa la misma Junta consultiva; todos han creído que el trazado de Ávila, repito, era el más conveniente.

Cuando esto sucedía, el Sr. Salamanca, que quería ser empresario de este camino, mandó a un ingeniero suyo que estudiase el trazado de esa línea expresamente por Guadarrama, que es el paso para ir a Segovia. Pues bien; ese ingeniero inglés fue a Guadarrama, y poniendo en su trazado un túnel, halló que el camino iba a parar, no a Segovia, sino muy cerca de Ávila, una legua y media. Y aquí tenemos también un ingeniero inglés mandado por el Sr. Salamanca expresamente para estudiar el trazado por Guadarrama, que da por resultado no poder ir el camino a Segovia, sino a legua y media de Ávila, pasando por Arévalo y por Medina del Campo.

Este mismo proyecto es el que había estudiado ya la Comisión de cinco ingenieros, y que había sido desechado por la Junta consultiva en comparación con el trazado de Ávila. Y llamo mucho la atención sobre este trazado que marcha a Guadarrama atravesando la cordillera por un túnel, y que después se dirige por otro lado de la misma cordillera, separándose de Segovia y no llegando a Ávila, pero sí muy cerca de esta ciudad. Segovia, en vista de esto, pidió al Gobierno un ingeniero, no para que hiciese la comparación de los dos trazados, sino para que estudiase uno nuevo, cuyo objeto principal era pasar el camino por la capital de la provincia.

El Gobierno se lo concedió, y ese ingeniero, haciendo esfuerzos inauditos que le honran mucho, pudo perfeccionar el trazado del ingeniero inglés hasta el punto de llevar la línea a tres kilómetros de Segovia, que es lo más próximo que se ha podido llevar, pero en tal disposición, que no cabe enlace entre la ciudad y el ferrocarril, por la gran altura a que pasa cerca de Segovia. Pero sea de ello lo que quiera, es de advertir que este ingeniero encargado de hacer el estudio por Segovia aceptó completamente el trazado anterior que iba por Guadarrama y le atravesaba por un túnel.

Habiéndose solicitado después que entrase en comparación este trayecto con el de Ávila, la Junta consultiva, que había desechado este trazado en comparación con el de Ávila por una mayoría de votos, ahora resolvió que era preferible al de Ávila. No necesito hacer comentarios de esta determinación, porque no debo hacerlos. Este es, Sres. Diputados, el dictamen en que se apoyan ahora los Diputados por Segovia para decir que la ciencia ha resuelto en su favor, sin tener en cuenta que es enteramente contrario al dado anteriormente por la misma Junta consultiva. Pero hay más, señores, y es, que este punto de apoyo a que se han acogido los Sres. Diputados de Segovia destruye enteramente ese trazado, pues por él no se puede ir a Segovia.

La mayoría de la Junta consultiva eran seis votos, y dos la minoría. Las razones que dieron todos estos seis individuos eran enteramente contrarias, y algunas de ellas hasta opuestas a las de sus compañeros.

Más todavía: tres individuos de los de la mayoría opinaban que debía elegirse el trayecto por Guadarrama con túnel, prefiriendo este puerto al de las Pilas; otros tres individuos decían que preferían el paso por Guadarrama, pero reemplazando el túnel con planos automotores; y los otros dos individuos de la minoría decían: no queremos el paso del camino por Guadarrama, ni con túnel ni con planos automotores, pues tenemos otro mejor trazado que elegir.

De todo esto resulta, señores, que según el dictamen de la Junta consultiva en la cuestión del trazado por Guadarrama, que es el que cree mejor, no se puede ir a Segovia por Guadarrama, ni por medio de túnel ni por medio de planos automotores; pues si se trata de túnel, tres individuos de la mayoría no lo quieren, y si se trata de planos automotores, tampoco los quieren los tres individuos restantes de la mayoría; y los dos individuos de la minoría no quieren ni lo uno ni lo otro; de modo que respecto al túnel, tenemos cinco votos contra tres, y si establecemos los planos automotores tampoco podemos ir, porque tenemos también tres votos de la mayoría que no los quieren, y dos de la minoría que no quieren ni túnel ni planos. De consiguiente, según el dictamen de la Junta consultiva, no podemos pasar la cordillera ni con túnel ni con planos automotores, y por lo mismo ni tampoco ir a Segovia.

Vean, pues, las Cortes cómo el único apoyo de que se valen los Diputados por Segovia no les sirve de nada a su objeto; apoyo que, dicho sea de paso, no tenía gran valor después del dictamen contrario que dio esa misma Junta en el año anterior o en el mismo año.

En vista de estas contradicciones en que se puso la Junta consultiva, el Gobierno mandó que cada uno de sus individuos dieran por escrito las razones de su voto. Estas razones publicadas están en la Gaceta, y los señores Diputados han podido leerlas, sin que se necesite ser facultativos ni tener conocimientos especiales en la materia para comprender lo que arroja de sí ese dictamen. En virtud de estas contradicciones de la Junta consultiva, no pudiendo decidirse el Gobierno a resolver la cuestión, nombró una Comisión numerosa de ingenieros que escogió entre los que tenían más práctica en las obras cuyo trazado se estaba examinando; ingenieros del canal de Isabel II; ingenieros de los que había algunos que habían sido directores de caminos de hierro, y que a la teoría reunían gran práctica en su profesión. Esta Comisión fue a resolver la competencia (y llamo la atención sobre esto, porque es importantísimo). Esta Comisión de ingenieros, después de un detenidísimo estudio, y en una Memoria que les honra mucho, dijo:"teniendo en cuenta todas estas consideraciones, creemos que se debe elegir la línea del ferrocarril del Norte que va por Ávila, porque es preferible a la segoviana"

Esto ha sido lo último que se ha hecho en este asunto de que ahora nos ocupamos. Es decir que la ciencia ha resuelto completamente la cuestión; que ha habido tres Comisiones que terminantemente han dicho lo mismo, a saber; que el trazado de Ávila es preferible [7.892] al de Segovia. Pero se dice: ¿a qué se hacen aún estudios? Los estudios que se hacen son los cortes trasversales que faltan para completar los trabajos del proyecto del Ferrocarril del Norte, que no lo estaban según la ley general de ferrocarriles; pero los estudios de comparación están suficientemente detallados para poder decidirse, pues para la elección entre dos líneas comparadas no hay necesidad de hacer un proyecto concluido, y basta, o bien un ligero reconocimiento, o un anteproyecto, y sin embargo, aquí se tiene un proyecto concluido. Y voy a terminar, vista la impaciencia de los Sres. Diputados, manifestando que la cuestión de Medina del Campo no prejuzga nada; pero aun cuando prejuzgase, se debería adoptar este trazado, porque siempre es más conveniente el trazado por Ávila que el trazado por Segovia. Ahora los Sres. Diputados resolverán lo que gusten.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL